Suelta el movimiento a una mujer.
Llegan policías federales y estatales.
Le dan tres días al gobierno para la detención del grupo criminal y demandan las garantías de seguridad que prometió el gobernador, dicen los habitantes armados.
“Ahí están en la entrada todos los ministeriales dormidos desde el miércoles”, reprochan.
Piden a empresas distribuidoras de Altamirano que los surtan, y éstas les responden que les garanticen que no habrá cobros de piso o secuestros
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